El aroma del Hotel Alábriga.
El Atelier del Perfume, la empresa del perfumista Daniel Josier ha sido la encargada de confeccionar el perfume que distingue al exclusivo Alábriga Hotel & Home Suites, un proyecto de hostelería de gran lujo desarrollado por Valery Scherer y para el que han sumado el talento de diseñadores, paisajistas y restauradores de élite. Dotar al espacio y a sus usuarios de una experiencia olfativa única era otro de los retos.
Daniel Josier (1971) se formó como perfumista en la Escuela de Perfumería de Madrid y en París. Aprendió el oficio en los laboratorios de la ciudad de Grasse, la meca mundial del perfume. Entre 1998 y 2004 trabajó a las órdenes del gran Jean Claude Ellená. Ha desarrollado su oficio y su talento en firmas como Procter & Gamble, L’Oreal, Unilever o Puig. En 2008 se convierte en responsable de la sociedad francesa Expressions. En 2009 decide crear su propia empresa de perfumería de autor, el Atelier del Perfume, donde diseña aromas exclusivos para pequeñas empresas.
Has diseñado dos perfumes; uno para la temporada de invierno (Brave) y otra para la de verano (Coast)
Los promotores de Alábriga querían desde el principio dos notas olfativas bien diferenciadas. Para Coast he querido recoger las referencias de esta parte de la Costa Brava; quería conseguir una fragancia mediterránea, fresca pero diferenciada. En su pirámide olfativa están el romero, la hierba recién cortada, el pino y la corteza de cedro, todo muy mediterráneo. Quise incluir el cuero para diferenciarlo y darle personalidad porque el cuero está muy presente en todas las estancias del hotel.
La fragancia de la temporada invernal, Brave, evoca directamente al lujo, es un perfume muy cálido para el que me inspiré en la maravillosa biblioteca del hotel. Mandan las maderas nobles; roble, nogal, ciprés y sándalo. Tiene un ligero fondo de pachuli y una salida de mosa y lirio del valle.
¿La referencia de Barcelona, ciudad moderna y de moda ha estado presente en la confección de los perfumes?
No me interesaba el concepto de esa Barcelona cosmopolita, capital del diseño. Preferí centrarme en el Hotel Alábriga como concepto, un hotel innovador y vanguardista. He tenido muy en cuenta la procedencia de los posibles clientes, que se esperan muchos árabes y muchos rusos, y he tenido en cuenta notas de sus gustos olfativos culturales. La idea es transmitirles ese concepto de Alábriga de una forma que les llegue, les emocione.
Muchos perfumistas se quejan de la asepsia cultural impuesta que nos convierte, prácticamente, en analfabetos olfativos. ¿Esto te condiciona a la hora de diseñar un perfume?
El objetivo es crear una sensación, eso es lo primero. No considero tan importante que la persona que reciba el perfume distinga las diferentes notas, al igual que un pintor no quiere que aquel que mire sus obras sepa distinguir por su nombre los matices de los colores. Sí es cierto que mucha gente va con la nariz cerrada y hay que conseguir abrirla; lograr que haya una respuesta sensorial y psicológica en el cliente y crear, en el caso de Alábriga, un recuerdo. Que vuelva a tu cabeza el aroma del hotel. No olvidemos que recordamos apenas un 7% de las cosas que vemos mientras un 35% de los olores permanecen en nuestra memoria.
El márketing olfativo es un producto que puede resultar difícil de vender como parte de la experiencia sensorial. En el caso de Alàbriga Hotel & Home Suites ¿os costó mucho convencer al cliente de la conveniencia de desarrollar una marcar sensorial?
El cliente estaba totalmente convenido de lo importante que es perfumar el espacio en la experiencia cliente. La gente de Emotions And People hizo un trabajo perfecto y supo explicar lo beneficioso que iba a resultar dotar al espacio de un perfume único.
Está bastante generalizado que hay un perfume para cada persona y para cada ocasión. ¿Podríamos considerar al Hotel Alábriga como a una persona, que nos va a dejar una impresión concreta al conocerla?
Los perfumes son los elementos que más recuerdos generan porque se vinculan directamente al subconsciente. El sistema límbico es quien va a recoger esos olores, donde se encuentra también el hipotálamo, una región cerebral ontogenéticamente muy antigua, que se encarga de nuestros recuerdos.
Cuando nos vamos de vacaciones dos de las cosas que nos traemos son camisetas de ese lugar y un montón de fotos; las fotos las colgamos en las redes sociales y no las volvemos a mirar y las camisetas acaban en el fondo de un cajón. Pero contra el recuerdo que crea el perfume no hay forma de luchar; un olor puede transportarte a la casa de tu abuela cuando tenías siete años y no eres consciente de recordar nada de todo aquello.